Celebramos el primer corro espartero en Perales de Tajuña
El pasado fin de semana, en Al Fresco, compartimos un momento especial con unas personas que hace algunos meses conocimos en el taller de esparto de la Asociación La Pera Espartera. Motivados para seguir creciendo y proyectando la labor que realizan, decidieron crear un corro espartero que lleva el nombre de “Las caracitanas de Charlie”. Agradecemos la oportunidad de haber vivido de cerca el entusiasmo y el valor por esta fibra natural.
El olor de la lluvia y el esparto se fusionaron. Este sábado, la tormenta y el frío no impidieron que los vecinos de Perales de Tajuña se acercaran al Centro Cultural San Blas, espacio elegido a propósito del tiempo que acechaba, para llevar a cabo durante la mañana las actividades que tenían el esparto como eje, en el marco de la Semana Cultural organizada por el Ayuntamiento.
Desde temprano, integrantes del corro espartero “Las caracitanas de Charlie” se reunieron, con todos sus materiales, para empezar a preparar la demostración pública del arte de hilar, un acontecimiento sin precedentes en la trayectoria de este grupo que nació de los talleres de la Asociación La Pera Espartera, que desde hace cuatro años hace vida en la zona.
Josefina, Lola, Julia, Josefa y Jose (“Charlie”) no estuvieron solos, pues a ellos se sumaron esparteros y aficionados de diversos pueblos cercanos: Valdaracete, Villarejo de Salvanés, Brea del Tajo, Belmonte del Tajo, Ciempozuelos, que poco a poco fueron llegando para mostrar ante los presentes cómo iban tejiendo variedades de trenzas, pero también enseñando a los demás cómo hacerlo paso a paso, pues de qué sirven los conocimientos si no es para compartirlos con los otros.
“El rincón del esparto” se transformó, con el transcurrir de las horas, en un espacio habitado por gente de diferentes edades, oficios, aficiones, y que en esa oportunidad tenían algo en común. Eso sí, los esparteros que predominaban eran mayores que guardan estos saberes desde la infancia.
Belén y José vinieron desde Ciempozuelos y nunca habían trabajado con este material, en apenas media hora empezaron a probar con la guía de uno de los mayores que a cada tanto les decía cómo emplear cada tallo.
Régulo, un señor llegado de Valdaracete, nos contó que desde que era un adolescente hasta los 37 años, se dedicó a la labor con el esparto, fabricando objetos para la cotidianidad del hogar, como cestas y paneras. Después de jubilarse retomó este oficio, que para él es un aliciente. “Aprendí cuando era un niño, de ver a los pastores que hilaban y yo continuaba con su tarea. El esparto cada uno lo trabaja a su manera, con creatividad y con muchas ganas de hacerlo”.
El esparto y sus múltiples formas
En la planta de arriba, los asistentes disfrutaron de las creaciones de los participantes del Taller de Esparto que organiza la Asociación La Pera Espartera, y de diferentes artesanos del municipio y sitios aledaños, un lugar en el que se entremezclaban la creatividad, la tradición y las múltiples posibilidades que las manos de los artesanos encuentran en esta fibra natural. Era la primera ocasión en la que sus obras se exhibían en este recinto, convertido en una sala de museo, que atrajo la mirada y la curiosidad de las personas.
Tamara González, secretaria de La Pera Espartera, destacó el intercambio que con esta actividad se estaba generando, no solo entre los habitantes de Perales de Tajuña, sino con vecinos y esparteros de localidades cercanas, que resaltan la tradición del esparto en estas tierras y enriquecen el compartir.
Asímismo, Lidia Suárez Sánchez, concejala de Cultura, manifestó que para ser la primera vez que se llevaba a cabo, están contentos porque la gente, a pesar de ser un día lluvioso, se movió para participar de este cruce de tradiciones. Tomando en cuenta el auge que ha tomado el movimiento espartero en la zona, les parecía propicio que en la Semana Cultural se realizara tanto la exposición como el corro espartero, para así poder mostrar a los demás lo que hacen.
“Compartir es enseñar, y es esencial compartir los conocimientos del esparto, que antes se realizaba por necesidad, pero ahora también por hobbie. Hay que trabajar la participación de los jóvenes, para que no lo vean como algo antiguo, sino que ahora mismo se puede seguir trabajando. El esparto se puede emplear hoy”.
Un acercamiento a la tradición
“Sé que mi voz no es la misma que hace unos años, pues el tiempo no pasa en vano, pero lo haré con todo mi corazón y muchísima ilusión”, fueron las palabras que pronunció Margarita Sánchez, acompañada por su hijo Víctor y dos integrantes del grupo del Grupo de Seguidillas y Mayos Virgen del Castillo de Perales de Tajuña.
“La Jota Espartera” y “Las Jotas Peraleñas” fueron las piezas que interpretó. La primera, una jota dedicada al corro espartero “Las Caracitanas de Charlie”, a modo de homenaje a “las tradiciones perdidas, pero que este grupo de esparteras, al esparto le dan vida”.
Julia España, impulsora del encuentro e integrante del corro, quien también se encontraba en el escenario, expresó sus palabras de agradecimiento a todos los que colaboraron para hacer posible cada una de las partes que conformó la actividad. Ella, junto a sus compañeras del corro, sigue tejiendo redes, partiendo de la esencia del aprendizaje del esparto: colectivo, horizontal, y con un claro futuro para seguir habitando en él, a pesar de las adversidades.
Nosotras, desde Al Fresco, seguiremos la pista de las próximas acciones que realicen, así como nuevas sorpresas que desde ahora empiecen a gestarse. ¡Ánimo!