La banda de música: reflejo de Villarejo de Salvanés

“Anécdotas hay muchísimas”, nos dice Samuel, entusiasmado, con la certeza de quien lleva años investigando, removiendo, escarbando y posee un repertorio infinito de cuentos. Estamos reunidos en el Hostal Carmelo Gastrobar, compartiendo un té y un café, con la excusa de hurgar en sus descubrimientos en torno a la Banda de Música de Villarejo de Salvanés, referida en documentos que poco a poco ha desempolvado y que dan cuenta de la antigüedad de uno de los iconos culturales de este pueblo.

Docente y músico apasionado, Samuel García Escaño está cursando actualmente un doctorado en Musicología, en la Universidad Autónoma de Madrid, en el que se dedica a recopilar los aspectos históricos y musicológicos de la agrupación. Este proceso nació del acercamiento a las memorias de Juan Obispo, miembro de la banda en su época, que en una ocasión llegaron a sus manos. A partir de entonces, aficionado por la Historia, se dedicó a “recopilar cosillas” como hobbie hasta que se lo tomó en serio; tanto que su proyecto consiste en publicar sus hallazgos en un libro que deje el nombre de Villarejo de Salvanés en alto. Así que aprovechamos esta conversación tan propicia para aproximarnos nosotros también a este tesoro vivo.

 

I

“En el mes de junio de 1879, los padres Jost y Azevedo, acompañados del canónigo toledano se presentan en Villarejo, con el ánimo de tratar con el pueblo el asunto de la Fundación. Quedaron atónitos al encontrarse, a la entrada del pueblo, con el Ayuntamiento en pleno y una muchedumbre, precedida de la banda de música, que les acompañó hasta la casa de un señor principal”.

Este es un fragmento del libro de la Fundación de los Redentoristas en España, que relata el paso de la congregación por el pueblo y donde se menciona a la Banda de Música. Es casi la primera referencia escrita que se tiene, pues aunque existe un documento de 1855, donde se asoma una primera pista acerca de una agrupación con músicos de la localidad que tocan en una procesión, no se sabe si se refiere a la misma banda. En ese sentido, Samuel manifiesta que justamente entre 1855 y 1879 queda un vacío de información. No obstante, seguirá buscando entre los distintos archivos, con la expectativa de conseguir un acta que revele con exactitud la constitución de la banda.

Entretanto, se emociona cuando habla de los acontecimientos más curiosos, como es el caso del compositor Ángel Martín Pompey, de la generación del 27, quien permaneció cuatro años en el pueblo junto a su padre cuando éste ejercía de organista. Entre 1916 y 1920 estuvieron en el pueblo, y en esa temporada el chico recibió clases del director de la Banda de Villarejo de Salvanés, compuso dos o tres obras y alguna vez hizo un pequeño coro que interpretó con la banda. “Grandes músicos nacen en bandas pequeñas”, comenta Samuel. Son estas historias las que lo empujan a continuar con esta investigación.

Además de los datos históricos que encontró en este recorrido, los testimonios escritos revelan que la Banda de Música era un referente cultural, quizás el único o de los pocos referentes culturales del pueblo y sus alrededores. “Ahora no lo tenemos en cuenta porque escuchamos música en cualquier momento, pero los mayores cuentan que antes, cuando ensayaban, las ventanas estaban llenas de niños que se asomaban a oírlos tocar, porque si acaso lo único que escuchaban en el día a día eran las rondallas o a su abuela cantar. No había más”.

II

La Banda de Música de Villarejo de Salvanés recorría distintos pueblos. En aquella época era rentable formar parte de ella porque había pocas agrupaciones alrededor, así que los músicos tenían trabajo asegurado durante casi todo el año. Por otro lado, los hombres que la conformaban, aunque no supieran leer, sí que sabían interpretar el solfeo, o como le decían en ese entonces, la solfa. Era un invaluable acercamiento a la cultura. Además del trabajo de la agricultura y la ganadería, para muchos era una oportunidad de estudiar una carrera; incluso algunos se hacían músicos militares porque era lo más accesible.

Para transportarse, los músicos se movían en bicicletas o en carros. Salían en la noche y llegaban al pueblo donde iban a tocar y se quedaban durante toda la fiesta, haciendo bastantes amistades. En alguno que otro lugar todavía tienen la tradición de quedarse en las casas, pero en general esta costumbre se perdió, porque prácticamente eran tradiciones de subsistencia, pues no podían ir y venir el mismo día.

 

En cuanto al propio alborozo en Villarejo de Salvanés, antes de la década de los sesenta, la banda se encargaba de todo: la diana, el pasacalle, la misa, la procesión, los toros y al final de la noche, el baile también. Más adelante, empezó a haber orquestas de baile y un grupo de músicos montó la discoteca «Castil»; pero luego, con la aparición de la música disco, se modernizó totalmente. Hasta los años ochenta, no apareció una mujer tocando en la banda y, por otro lado, cabe destacar que desde sus más de cien años de existencia, la banda ha funcionado ininterrumpidamente, excepto en el período que duró la guerra civil.

En Villarejo de Salvanés, todo el mundo habla bien de la Banda de Música. Para Samuel, ésta es la muestra del vínculo entre los habitantes y el pueblo, porque valoran la tradición musical que representa, además porque en las familias casi siempre tienen a un conocido tocando allí. Más bien es raro es que un habitante de Villarejo no tenga un familiar que toque un instrumento. Para recrear la importancia de la banda, añade como dato curioso que Villarejo es uno de los pocos lugares donde la cantidad de socios ha igualado o sobrepasado el número de asociados al fútbol.

Y, cuando es época de ritos religiosos y la banda los engalana con su música, la gente se motiva, se mueve. Algunos, añoran que la banda los despierte el día de la Virgen, tal y como se hacía en años anteriores, cuando no existían los despertadores. Es lo que Samuel denomina un vínculo Banda-Villarejo y Villarejo-Banda, en el que no solo el pueblo valora a la banda, sino que la banda hace lo mismo con el pueblo. “Aparte es un ámbito muy tradicional: si el abuelo fue músico quiere que el nieto lo sea”.

III

Nadie puede negar que música y belleza son conceptos cercanos. Samuel descubrió esa simbiosis cuando apenas era un niño y escuchar la banda lo cautivaba, así nació su amor por la música. Recuerda que para formar parte de ella, los chicos antes debían permanecer un año como oyentes. Durante ese tiempo disfrutaba de las distintas obras y compositores, hasta que tuvo la oportunidad de tocar y quedó realmente encantado. Empezó con el requinto y, más adelante, incursionó en el clarinete, instrumento que todavía toca.

A sus nueve años, los mayores le encomendaron la labor de papelero, aquella figura que llevaba las partituras cuando tocaban en otros lugares, una costumbre que se perdió. Hoy, dedicado a la docencia y a una banda de música profesional, conserva en su memoria el recuerdo más bello de todas las vivencias dentro de la Banda de Música: haber dirigido un pasodoble en el Palau de la Música de Valencia. Él mismo lo compuso, se titulaba Salvanés.

Esa ilusión del principio se mantiene intacta, aunque ciertas cosas han cambiado. Es cierto que ahora los músicos no pueden vivir de ello y que la banda solo recibe dinero para eventos puntuales, haciendo intercambio con otras ciudades. Sin embargo, Samuel se contenta de que siga contando con buena fama porque quienes trabajan allí, han intentado encaminar a los niños hacia la cultura, para que en un futuro puedan tocar en otras bandas, disfrutar y ganarse la vida si quieren dedicarse a ello.

Hoy los integrantes están más preparados; antes la formación era autodidacta y ahora es más profesional. Este camino, en el que deja toda su pasión como docente, investigador y músico, es el reconocimiento a la riqueza de Villarejo de Salvanés, el pueblo de toda su vida. “Villarejo puede ser conocido o no, pero en el tema de la música sí que lo es…”

Las siguientes fotos han sido cedidas por la Banda de Música de Villarejo y forman parte de su archivo privado. 
Pincha sobre ellas para verlas ampliadas.

7 de octubre 1940
1961
1965-1977
1981-82
1989
2009